La fiesta sorpresa de mi mami fue todo un éxito.
En la vida se le ocurrió llegar a casa
y encontrar a tanta gente reunida.
Fueron 55 personas las que nos acompañaron,
incluyendo a la familia de Lima
que viajó en su honor.
El chef se esmeró con los bocaditos y la comida.
El mozo estuvo atento con las bebidas
y ofreció un servicio de primera.
El discjockey se lució con su música
y mantuvo a todo el mundo de pie...
Y lo mejor de la noche fue la "hora loca"
(que ni yo misma conocía),
en la que aparecieron dos "locos" disfrazados
con los mismos colores utilizados
para la decoración de la casa,
que se pusieron a repartir gorros, globos,
silbatos y pulseras fosforecentes,
mientras bailaban y saltaban al compás de la música,
animando a la gente a bailar
y rociando espuma y bombas de papel
de colores brillantes.
Fue una noche larga pero muy divertida,
que terminó, ni más ni menos,
que a las 3:30 de la mañana.
Y, claro, para agradecer la presencia
y el cariño de nuestros invitados,
cada uno se llevó un pequeño detalle sorpresa
como recuerdo de la fiesta...
una decorativa bolsita de té!
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